Si
pudiéramos mirar a la enfermedad de la adicción separada de sus síntomas
primarios- esto es, aparte del consumo de drogas u otras conductas compulsivas-
y sin sus características más obvias, encontraríamos un pantano de temores
centrados en uno mismo. Tenemos miedo a ser heridos, o tal vez de simplemente
tener un sentimiento demasiado intenso, de tal manera que vive una especie de
media vida, yendo a través de los movimientos de vivir pero sin estar
completamente vivos. Tenemos miedo de todo lo que pueda hacernos sentir, así es
que nos aislamos y retiramos. Tenemos miedo de que la gente no guste de
nosotros, por eso consumimos para estar más cómodos con nosotros mismos.
Tenemos miedo que nos agarren en algo y tengamos que pagar un precio, así que
mentimos o trampeamos o herimos a otros para protegernos a nosotros mismos.
Tenemos miedo de estar solos, así que usamos y explotamos a otros para evitar
sentirnos solos o rechazados o abandonados. Tenemos miedo de no tener suficiente-de
cualquier cosa- así que egoístamente perseguimos lo que queremos, no
importándonos el daño que causemos en el proceso. Algunas veces, si hemos
ganado cosas que nos importan en la recuperación, tenemos miedo de perder lo
que tenemos, y empezamos a comprometer nuestros principios para protegerlo.
Centrados en nosotros mismos, buscando nuestro propio temor, necesitamos
desterrarlo para que no tenga más el poder de destruir.
Ayudándonos a responder:
Ayudándonos a responder:
¿A
qué o a quién tengo miedo? ¿Por qué?
¿Qué
he hecho para esconder mi miedo?
¿Cómo
he respondido negativa o destructivamente a mi miedo?
¿Qué
es lo que me da más miedo ver o sacar a la luz sobre mí mismo? ¿Qué creo que
pasará si lo hago?
¿Cómo
me he engañado a causa de mi miedo?